sábado, 19 de enero de 2019

EL GATO PIJI Y EL CAMINITO DEL REY

CAMINTIO DEL REY Y CUEVA DE LA PILETA



Comenzamos el año con una de las novedades que os comentamos en el último post del año 2018. De modo que este año a parte de viajar con la moto, que es uno de los motivos principales para nuestras salidas, haremos algo más saludable como es el senderismo.

Nos había hablado mucha gente del famoso Caminito del Rey, situado en la provincia de Málaga. Habíamos escuchado muchas bondades del mismo, y ¿qué hay mejor que ir a comprobarlo con nuestros propios ojos? Pues dicho y hecho.

Después de tener un mes de Enero más primaveral que invernal, el tiempo nos quería jugar una mala pasada brindándonos un fin de semana con lluvia y viento. O por lo menos eso es lo que decían las aplicaciones meteorológicas que habíamos consultado. Pero eso no nos iba a echar para atrás.

Salimos por la mañana temprano desde Córdoba por la A-4 para desviarnos por la A-45 hacía Málaga. Abandonaríamos ésta en la salida 92 para tomar la N-331 en dirección a Antequera

Nos adentraríamos, posteriormente, en la A-92 en dirección a Sevilla para abandonarla en la salida 146 buscando Ronda.
Ya en la A-384, continuaríamos hasta la localidad de Campillo donde nos desviaríamos en la A-357 buscando Ronda

Durante el recorrido nos acompaño la fina lluvia más conocida como "Calabobos" o "Chirimiri", lo cual hizo imposible que documentáramos el viaje.

Abandonaríamos la A-375 para enlazar con la A-367 hacia Ronda. En dicha localidad tomaríamos la A-374 hacia Algodonales. A continuación seguiríamos el cartel de Banaoján que nos llevaría por la MA-7401, donde veríamos un cartel que nos llamó la atención. Pero de esto hablaremos más adelante.

Y por fin, tras cruzar Benaoján, nos encontramos con el primer cartel de la Cueva de la Pileta por la MA-8401.


Aparcamos en el parking que nos da acceso a las escaleras para subir hasta la casetilla que hay junto a la entrada de la cueva. Como podéis ver en las imágenes, venir en el mes de Enero no te permite disfrutar del entorno como si lo hiciéramos en meses más calurosos y soleados.


Tras unos pocos escalones de subida, sacamos nuestras entradas e hicimos un poco de tiempo antes de que el guía nos abriera la puerta que nos trasportaría al pasado.


Lo primero que nos indican al entrar es que no se puede hacer uso de ningún instrumento electrónico (móviles) para no molestar a los inquilinos que hay en la cueva, que en este caso son los murciélagos y que son unos de los protagonistas principales de la historia de la cueva.

El guía nos entregó una linterna a cada dos visitantes, al estilo enanitos de blancanieves, para evitar que tropecemos. Porque realmente sólo valen para eso, ya que la intensidad de las mismas no ayudan mucho para poder ver las paredes y techos de la cueva. 

La Cueva de la Pileta (https://www.cuevadelapileta.org/) es un yacimiento prehistórico con arte parietal del Paleolítico y restos del Neolítico. Fue descubierta por José Bullón Lobato allá por 1905, cuando al ver salir de la pared exterior bandadas de murciélagos decidió subir para usar el Guano (excremento de los murciélagos) para abonar las tierras y poder aumentar la producción de sus cultivos.

Años después Willoughby Verner, residente en Algeciras, supo del conocimiento de dicha cueva y junto al antropólogo Henri Breuil, los estudiosos Hugo Obermaier, Paul Wernert y Juan Cabré dieron a conocer a nivel mundial la Cueva de la Pileta.

Tras nuestro paseo por el pasado, disfrutando de las maravillas que la naturaliza nos brinda y que muchas veces desconocemos, volvimos al presente tras una pequeña foto en la misma entrada de la cueva.


Cosas como ésta nos enseñan lo pequeños que somos en el Universo, y que aún hay muchas cosas que aprender.

Regresamos a los coches y retomamos el camino de regreso hacia Ronda por la MA-8401 y la MA-7401, hasta llegar al cartel de la Cueva del Gato


Pero nuestro gozo en un pozo, ya que tras aparcar los coches bajamos hasta llegar al puente que nos llevaría a cruzar el río Guadiaro, y aquí nuestra sorpresa al ver que el puente no estaba en su lugar. Por lo visto, en las últimas riadas que se sufrieron en la zona se llevaron el puente. De modo que esta visita queda para otro blog.




Suspendida la segunda visita decidimos continuar e ir a Ronda para soltar maletas e ir a comer algo. Regresamos por la MA-7401 hasta enlazar con la A-374 que nos llevaría a Ronda.

Ronda tiene una peculiaridad para los visitantes, y ésta es la falta de aparcamiento. De modo que os recomendamos que busquéis cual parking os viene mejor, tanto por cercanía como por precio.
Nosotros elegimos uno, pero éste estaba cerrado. Intentamos aparcar en el parking público que se encuentra entre las calles Chica y San José, pero al ser gratuito estaba ocupado. Es más había gente esperando a que saliera alguno para poder aparcar ellos. De modo que nos decidimos por el parking Martínez Astein (http://www.mastein.es/). El precio que nos cobraron por pasar el día entero fue de 18,30 € y hay que reconocer que tienen una gran amplitud para aparcar y está todo muy limpio. Además una de las salidas peatonales del parking da a la Carrera Espinel, que es la calle comercial donde os encontraréis todas las tiendas de moda junto a los bares.

Con nuestras maletas en mano nos dirigimos a la calle nueva donde se encuentran los Apartamentos GAV. Se tratan de unos apartamentos situados en una calle con numerosos restaurantes y a unos 120 metros, aproximadamente, del monumento más importante de Ronda, el Tajo.

El apartamento, aparentemente, se veía nuevo, muy amplio y limpio. Lo único que echamos en falta son unas cortinas en la ventana del salón que da a la calle. Por lo demás por precio, situación y estado lo recomendamos al 100 %.




Al llegar aún estaban acondicionando los apartamentos, con lo cual soltamos las maletas. Aprovechamos para preguntarle a la muchacha que estaba adecentando el apartamento de lugares para comer y poder tomar algo por la noche. Y amablemente nos indicó de varios sitios para comer o tapear, según quisiéramos.

Pues con las indicaciones nos dirigimos hacia el barrio de San Francisco, y ahí tiramos un poco de San Google y sus reseñas. En este caso elegimos el Bar-Restaurante Bodegas San Francisco (http://www.bodegasanfrancisco.com/). Pero al llegar al restaurante, el maître nos dijo que era imposible darnos una mesa.

Bueno pues decidimos cruzar la plaza Ruedo Alameda e intentamos suerte en el Restaurante Almocábar, el cual recibe su nombre por la Puerta Almocábar.

La Puerta Almocábar fue construida en el siglo XIII y modificada por Carlos V. Su  nombre proviene del árabe "Al-maqabir". Frente a esta puerta el 20 de mayo de 1485, se congregaron las tropas castellanas al mando del Marqués de Cádiz poniendo fin a la dominación árabe en Ronda.


Preguntamos a una señora que estaba por los alrededores y nos recomendó que entráramos al bar de las Bodegas San Francisco y que pidiéramos algo de tapear en la barra. Y la verdad que por las horas que eran y por el hambre que teníamos tomamos esa opción como buena. Y sorpresa para nosotros, pudimos reservar una mesa en el restaurante mientras nos tomábamos algo durante la espera.

Y se veía que había hambre, porque no me dio tiempo ni de fotografiar lo que pedimos. Jejeje.


Tras algo más de una hora, nos pasaron al restaurante donde continuamos nuestras charlas degustando los ricos platos que habíamos pedido, con la cara de asombro del maître al vernos aparecer por la puerta. 




Ya con la barriga llena las cosas se ven de otra manera. Decidimos regresar al centro de Ronda, paseando por sus calles. Subimos la calle Cuesta de las Imágenes para desviarnos por la calle Escalona que nos lleva a la plaza Duquesa de Parcent, donde se encuentra el Ayuntamiento de Ronda, la Parroquia de Santa María la Mayor y el Convento de las Clarisas de Santa Isabel de los Angeles.

Continuamos por las callejuelas de Ronda hasta llegar al Puente Nuevo donde se encuentra el símbolo universal de Ronda, el Tajo de Ronda (https://www.viajamalaga.com/tajo-de-ronda/).

El Tajo es un desfiladero excavado por el río Guadalevín y que tiene una longitud de 500 metros y 100 m de profundidad.






Junto al Tajo se encuentra el Parador de Ronda, uno de los numerosos hoteles que pertenecen a la cadena de Paradores (https://es.wikipedia.org/wiki/Paradores_de_Turismo_de_Espa%C3%B1a). El camino que rodea al Parador nos lleva hasta el Mirador de Ronda, donde aprovechamos para disfrutar de las vistas que éste nos brinda. Pero durante el recorrido nos encontramos con un cartel que indica que hay que disfrutar de la vida con más tranquilidad y que Ronda es un buen punto de partida...


Durante estos días, existe en las redes sociales un evento viral que consiste en poner dos fotos entre las cuales hayan transcurrido 10 años, o algo así. Nosotros hicimos nuestra foto de después de 10 años. Ahora os queda ir a visitar el post anterior para ver la mejora que ha habido, como los vinos.


Continuamos nuestro paseo pasando por delante de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda (http://www.rmcr.org/). Esta plaza es considerada la más antigua y monumental plaza de toros. También es considerada como cuna de la tauromaquia moderna.

Con nosotros venía un gran aficionado a este arte, que no desaprovechó la oportunidad de llevarse un recuerdo de la plaza.


De repente empezó a llover y decidimos refugiarnos en las tiendas que hay en la calle Carrera Espinel, donde encontramos numerosas curiosidades en sus escaparates e interiores.



Como el clima no nos acompañaba, decidimos regresar a los apartamentos y hacer tiempo hasta que llegara la hora de la cena. Pero mientras unos hacían sus deberes, otros nos arrepentimos de habernos metido en el apartamento y decidimos hacer tiempo en un lugar con algo más de ambiente. De modo que nos sentamos en el Pub Irlandés, situado en la calle Virgen de los Remedios.

Poco después llegaron los estudiosos y con el grupo al completo decidimos ir al Bar El Lechuguita (https://www.facebook.com/pg/Lechuga-Lechuguita-1705700009663495/about/?ref=page_internal), una de las recomendaciones que nos dieron al llegar al apartamento. Y hay que decir que merece la pena pasar por este lugar, aunque sea sólo por lo pintoresco del mismo. La variedad de tapas es amplia para hacer una buena cata. Hasta la especialidad de la casa, recomendada para veganos o gente que quiera depurarse después de un buen asado. Jajaja. Es más, con tanta gente de tantos sitios, hasta se pueden practicar los idiomas. En nuestro caso desempolvamos nuestro inglés para poder explicarle a unas asiáticas de qué estaban hechas algunas de las tapas.


Y llegó la hora de irnos a dormir, porque al día siguiente nos quedaba el plato fuerte del viaje. El caminito del Rey.

Nos despertamos y vimos que el aire, posiblemente, nos iba a jugar una mala pasada. Desayunamos tranquilamente en la cafetería Las Campanas (https://www.facebook.com/pages/Cafeteria-Las-Campanas/173279386038601) para coger fuerzas. Antes de recoger las maletas compramos algunas cosillas para picar, en el supermercado que hay frente a los apartamentos.


Nos despedimos de Ronda, hasta la próxima vez, y tomamos camino de Campillos por la A-367 para luego enlazar con la A-357. Pasado el Km 9 de la A-357 os encontraréis un cartel que indica A-7286 Embalses y otro que indica A-7286 Parque Guadalteba, pero en ningún momento encontraréis un cartel que os ponga Caminito del Rey.

Continuamos por la A-7286, disfrutando de una carretera sinuosa ideal para ir en motocicleta, aunque el estado de esta no está en las mejores condiciones debido a la suciedad y a las piedras caídas de los lados a causa de las lluvias.

Iremos siguiendo los carteles de Embalse de Guadalhorce, dejándonos estas imágenes de su majestuosidad y de la cantidad de agua que cobija.
Continuamos las indicaciones de Presa Conde de Guadalhorce hasta llegar a nuestro destino.


Por fin llegamos y aparcamos los coches. Mochila en la espalda y cordones bien apretados comenzamos nuestra andadura hasta llegar al Restaurante El Kiosko (http://www.restauranteelkiosko.com/), desde donde se puede tomar uno de los dos accesos hasta el Caminito del Rey.


En la puerta del restaurante se encuentra la parada de autobús que te trae de regreso del Caminito del Rey. Nosotros nos adentramos por el primer acceso, pero decidimos evitar esta parte del recorrido y tomar un acceso que hay un poco más adelante, ya que nos ahorraríamos el barro que había a causa de las lluvias del día anterior.

Sí, ya sabemos que estamos de senderismo y que más da un poco de barro o no, pero si se puede evitar y poder caminar mejor. Jejeje.


Como hemos contado, poco más adelante hay un acceso hasta el mismo camino. Eso si, os recomendamos que llevéis una linterna o en su defecto usad los móviles, ya que tendréis que pasar por un pequeño túnel. 


Ya en el acceso al caminito, nos encontramos con unos tornos donde tras enseñar las entradas te dan un casco que realmente son muy favorecedores. Jejeje.


Tras una breve charla informativa por parte de una de las organizadoras, nos adentramos en el Caminito del Rey o Desfiladero de los Gaitanes (http://www.caminitodelrey.info/es/#1).



El Caminito del Rey es un paso construido en las paredes del desfiladero de los Gaitanes. La pasarela de más de 3 Km adosada al cañón tiene tramos de hasta 105 metros de altura sobre el río Guadalhorce, tras pasar éste por los embalses de El Chorro, Guadalhorce, Guadalteba y Gaitanejo.

El caminito original ha sido rehabilitado para su uso actual, ya que la mayor parte de éste se ha deteriorado por el paso del tiempo y de las inclemencias meteorológicas. 
En su día el caminito se creó para facilitar el paso de los operarios de mantenimiento, transporte de materiales y vigilancia entre los Saltos del Gaitanejo y del Chorro. Siendo Rafael Benjumea quién decidió mejorarlo para que pudiera ser usado por turistas y disfrutar de las maravillas del entorno. En 1921 el Rey Alfonso XIII presidió la inauguración de los embalses, cruzando por el camino, recibiendo desde ese momento el nombre de Caminito del Rey.


Pues vamos al lío, ya no hay marcha atrás. Ahora toca seguir los maderos del camino, que forman la plataforma que va junto a la pared del desfiladero.


Un desfiladero, el cual no te das cuenta de su magnitud hasta que llegas a esas partes más bajas y miras hacia arriba.


Durante el recorrido nos encontramos con carteles informativos que os indicarán tanto el punto por el que se está, como los del modo de comportamiento por parte de los visitantes. Aunque a algunos no se les haga mucho caso.


En el caminito diferenciaréis tres partes. Una primera parte, donde se transcurre por un tramo de desfiladero.



Tras este primer tramo, os encontraréis con un tramo de enlace entre un desfiladero y el otro. Aunque no hay perdida, ya que es seguir el sendero y además durante todo el camino viene indicado la distancia que llevas recorrida con postes e indicaciones del kilómetro.


Nos encontramos carteles con la fauna del lugar, aunque quitando al Gato Piji y a algún que otro borrego de dos patas, no observamos a ninguno de la lista. 



Durante esta segunda parte del recorrido dejaremos los inmensos muros de piedra para pasear por la naturales, disfrutando de las maravillosas vistas y de la vegetación, algo más escasa en los otros dos tramos del recorrido.

De paso os recomendamos que aprovechéis este tramo para hacer una pequeña parada y tomar el tentempié que llevéis, antes de adentraros en el siguiente desfiladero.


Y por fin llegamos a la parte más impresionante del recorrido. En esta tercera parte, estaba cortado su paso por el camino a causa de las ráfagas de aire y de los posibles desprendimientos de piedras. De modo que nos llevaron por la vía alternativa, que en este caso era por un túnel.



Pero no por ello el recorrido iba a perder su encanto. Al contrario, desde esta alternativa se podían observar partes del antiguo camino que aún quedaban y que estaban tapadas por el camino nuevo.



Llegamos a la última parte del recorrido y la que supuestamente da algo de impresión para aquellas personas que tienen un poco de vértigo. Pero supongo que también es la parte más fotografiada o donde más fotos se hará la gente.




Tras cruzar el puente colgante continuamos el camino pegado a la pared, disfrutando de las vistas impresionantes que nos brindaba el entorno y encontrándonos con alguna sorpresilla más.




Y con el camino terminado se nos quedó esta cara. Así que os recomendamos que hagáis esta visita y echéis un día por la zona.



Pero aún el paseo no se había terminado, había que llegar al Autobús que nos llevaría de vuelta a los coches para dar comienzo el regreso a Córdoba.


Durante el recorrido nos encontramos los carteles informativos que nos explicaban un poco la historia del lugar.




Como consejo, informaros que el autobús sale a las horas en punto y a las medias horas. Nosotros tuvimos mucha suerte ya que llegamos justo cuando salía el autobús y pudimos cogerlo y no tener que esperar la media hora correspondiente.


Ya de regreso, el autobús nos deja en la puerta del Restaurante El Kiosco. Nos montamos en los coches y retomamos el camino hasta enlazar con la A-7286 para continuar hasta A-375 donde tomaremos dirección a Campillos.

En Campillos hicimos parada para comer y en este caso San Google nos indicó ir al Restaurante Benito (https://barbenito.multiespaciosweb.com/). Pero la verdad que no nos llevamos muy buen sabor de boca y nos fuimos con la mosca detrás de la oreja, ya que cuando pedimos solomillo nos preguntaron si lo queríamos troceado o entero. Como consejo, pedidlo entero ya que a nosotros nos dio la impresión de que troceado no llegó el solomillo entero. Pero esto es nuestra impresión.

Continuamos el camino de regreso a Córdoba, dejando atrás Campillos por la A-384 hasta enlazar con la A-92, donde tomaremos hacia Córdoba. Abandonaremos la A-92 para enlazar con la A-45 la cual ya no abandonaríamos hasta llegar a Córdoba para llegar a casa después de un gran fin de semana.

Con esto último me despido de vosotros hasta la próxima salida, pero no quiero dejar de darle las gracias a la fotógrafa de siempre, que me acompaña a todas estas locuras.







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