viernes, 3 de agosto de 2012

VACACIONES EN EL MAR DE PAPAMIAUUPOLUS

Salida de Córdoba hacía Madrid para pasar unos días antes de tomar el vuelo hacia Atenas (Grecia).

En Madrid aprovechamos para visitar a esos amigos que no podemos ver por encontrarnos tan lejos los unos de los otros.

Y yo conocí al novio "capillita" de Noe. Si KIKE, eres tú, lo siento mucho pero si hubieses planchado la camiseta, el del bolso de LOUIS VUITTON te hubiese elegido a tí. JAJAJAJA.



Y la foto de Ernesto y Eva no la hicimos porque la camara la tenía Chus y se dedicó a marujear a los viandantes de la Plaza Vázquez de Mella. La próxima vez nos la hacemos.


Vuelo hacia Atenas.

Nos levantamos tranquilamente y repasamos las maletas por última vez.  Nos metimos en el Metro en dirección a la T4 rumbo a Atenas.

 
Una vez en el aeropuerto, para no variar nos marearon más que a un borracho en la cazuela loca de la feria. De un lado para otro, hasta que por fin pudios facturar las maletas. Y nos tocó esperar hasta la salida.



Supimos que la llegada fue en el aeropuerto correcto porque mirábamos los carteles y no entendíamos nada, sólo se leían símbolos raros.
Nos montamos en un autocar que nos llevó al puerto donde nos esperaba el maravilloso barco. Durante el camino nos encontramos con curiosidades como el “Carrefour Griego” y otras tiendas más como el Media Markt y el Macro. Jejeje.




Una vez llegados al barco, nos encontramos con un camarote precioso con una ventana al…
 y una piscina que parecía una bañera grande, aunque en la foto parezca más grande.



 


Día en Atenas.

Nos levantamos temprano y nos fuimos a desayunar, para tomar energías. Muy valientes nos dirigimos a la salida del puerto para tomar un taxi que nos llevara a la zona turística, pero con el miedo de no saber cómo nos iba a salir la cosa. En la misma puerta esperando a alguna pareja más para compartir taxi, nos encontramos con una, que venían de Australia y no veas nuestra experiencia hablando inglés con el conductor y nuestros compañeros de excursión


El taxista nos cobró 50 € por pareja, pero si en vez de tomarlo en el mismo puerto lo tomais fuera de éste, los encontrareis algo más económicos. Esto último nos enteramos dos días después hablando con una señora, la cual nos contó que a ellos (4 personas) les costó sólo 60€. Pero para saber hay que comprarse un libro. Jejeje.

 Bueno nuestro taxista, de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, sino que no me acuerdo jejeje, nos llevó hasta la Acrópolis y nos esperó pacientemente en el parking.
Una vez en la cola, la cual duró 30 min hasta que pudimos sacar la entrada para visitar varios monumentos ( 12 € ), por fin pudimos entrar a ver la Acrópolis. La verdad que hay que reconocer que estos Griegos se lo montaron muy bien, todo de mármol y más cosas. Lo único que no me gustó es que había muchos andamios y que casi todo está caído.



 Pero lo que sí que mereció la pena fue la fuente que había ya que hacía una calor horrible (42 ºC)


A continuación nos dirigimos al Templo de Zeus, donde duramos 15 min, jejeje. La verdad es que no hay mucho que ver.


Tras nuestra mini parada, el taxista nos llevó a visitar el cambio de guardia del Palacio Real. Donde los guardias estaban inmóviles, haciéndose fotos con todo el que pasaba.




Una vez visto el relevo de la guardia, frente al Palacio Real se encuentra el parque más grande de toda Atenas, y bajando la calle uno se encuentra con el estadio Olímpico, donde se realizan las Olimpiadas Clásicas. No me preguntéis en qué consisten porque no tengo ni idea, así que a preguntar a San Google. Jejeje.


El Taxista, antes de llevarnos al barrio de Plaka, nos enseño el Parlamento Griego y la Universidad Griega. Donde, según nos dijo, los alumnos cursan los seis primeros meses y los seis últimos de la carrera, hasta que les dan los diplomas.

A continuación nos llevó a un sitio, desde donde se veía toda Atenas y el Acropolis. La verdad que es una pasada de ciudad. Es inmensa.


Tras las vistas panorámicas, visitamos el barrio de Plaka. Que se trata de un barrio de calles comerciales, donde uno puede encontrar regalos para toda la familia.


Una vez de vuelta al barco, como teníamos un poco de tiempo, fuimos a visitar una iglesia ortodoxa.


 Por  la tarde nos dieron las clases de “en caso de hundimiento”… que es lo que no debemos hacer.

 
Día en Rodas.

Atracamos en el puerto de Rodas y nos pegamos una caminatilla, con la fresca, hasta el centro de la ciudad.


Durante el camino nos encontramos las bicicletas ecológicas y un paisaje de playa que invitaba a quedarse en ella en vez de ir a pasar calor.




Accedimos a la ciudad por una de las siete puertas que hay en la muralla que rodea a ésta. Entrando en una ciudad de estilo medieval.


Callejeamos entre esas casas de piedras, con los escudos en las fachadas y disfrutando del ambiente de tranquilidad, y sobre todo porque aun no habían llegado el resto los turistas de los demás cruceros. Jejeje.

  
Para tomar un café típico de Grecia (Frapa) hay una infinidad de cafeterías y bares en la zona. Uno que nos llamó la atención y sobre todo a Chus fue el siguiente, que se encontraba metido en una calleja.


Visitamos el Palacion del Gran Maestre, no porque nos gusten los castillos, sino porque  buscábamos una sombra fresca para descansar de el calor. Pero hay que reconocer que es muy bonito sobre todo los mosaicos romanos que se encontraban en lada una de las habitaciones.




  
Lo que ni nos llamó la atención son las reseñas religiosas que se podían ver en la exposición que se encontraba en una parte del castillo.



Continuamos nuestra visita turística por la ciudad y miraras a donde miraras se podían ver restos de murallas, edificios de piedra medio caídos junto a otros muy bien cuidados o restaurados.



Tras la visita al interior de la muralla nos dirigimos a la parte externa a buscar un sitio para tomar algo fresquito y poder probar el famoso Frape, pero de camino nos encontramos con una entrada que nos introducía al foso que hay entre la muralla exterior y la de la ciudad. Y hay que reconocer que está muy bien cuidado.


Y de vuelta al Barco pudimos comprobar que lo de el calor no era una exageración andaluza, porque el alquitrán estaba derretido y para muestra un botón.


Día en Mikonos

Llegamos a Mikonos, la famosa isla por ser la Ibiza griega y por tener un lugar llamado “la pequeña Venecia”.
Para llegar a la ciudad nos montamos en una embarcación pequeña, ya que el barco no podía acceder al pequeño puerto.


Lo primero que uno puede ver es un pequeño puerto con unas aguas claras y casas cercanas al agua.



Y como no iba a ser menos, había pequeñas ermitas cada 200 metros.




 Lo que más puede gustar de Mikonos son esas calles estrechas encaladas de blanco y con los marcos de las puertas y ventanas azules. Pero, jejeje, siempre hay un pero. Las cuestas. Todo en este pueblo está en cuesta jejeje.






En Mikonos también es muy típico los molinos.




Y dicen que hay un pelícano de mascota, pero nosotros no lo pudimos ver. Pero por lo contrario nos encontramos con una pecera llena de bichitos que cocidos tendrían que estar para chuparse los dedos y lo mejor de todo, la tienda de nuestro amigo (el del cubo de Louis Vuitton) jejeje.




Como dijimos al principio, junto a los famosos molinos, desde donde se puede observar el famoso atardecer de Mikonos, se puede ver la pequeña Venecia. Que consta de unos balcones metidos en el mar y con bares que tienen las mini terrazas pegadas al mar.





Pero Mikonos no sólo es famosa por todo lo anterior, sino que también por sus playas y por sus zonas de fiestas. Las zonas con más renombre son las Playas de Paradise y Super Paradise. Donde supuestamente se mueve el ambiente de fiesta, pero nosotros tomamos un autobús hasta la playa de Ornos. Que para mi gusto es muy bonita y donde se está muy tranquilo. Ya que es un ambiente familiar y no tan de discoteca y de gente joven.


Y por fin encontramos la moto de Chus, pero no nos dio tiempo de cazar a la dueña para comprársela jejeje.


Y a la vuelta del Mikonos, cuando regresamos al camarote nos encontramos que habían traído un amigo para el Gato Piji.




Día en Santorini

Buenos días, nos levantamos y nos preparamos para desembarcar en la Isla de Santorini. De nuevo nos llevan en una pequeña barca hasta donde se encuentran los teleféricos. La verdad que recomendamos subir en ellos, porque el camino de las escaleras por donde van los burros es un poco peculiar y ya os lo contaremos más adelante, ya que bajamos por él.


La verdad que el viaje en el teleférico es como en otro cualquiera, todo el mundo diciendo, y si se cae, y si se rompe el cable, ¿qué es ese ruido? Jejeje, las cosas de los seres humanos. Pero hay unas vistas maravillosas de los barcos y del puerto.



Una vez arriba accedes a la calle de las tiendas, anda que no saben nada estos griegos. Todos los souvenirs y los bares se encuentran concentrados en tres calles. Pero nosotros nos dirigimos a culturizarnos con la arquitectura del lugar.
Primero visitamos la parte católica de la isla, con su catedral y su iglesia. La verdad que las vistas que se tienen desde el lugar son muy bonitas.


Por fin vimos el truco para que los ciclomotores puedan subir esas cuestas de infarto y el motivo por el cual las mujeres en la isla estaban tan contentas.


Continuamos callejeando por la zona viendo como se encuentran situadas las casas en el lugar, con sus vistas y sus cafeterías pegadas al acantilado.




Hasta que llegamos a la iglesia ortodoxa del lugar, donde mucha gente se dedicó a pedir deseos con las velas al santo del lugar.


Pero como en todo lugar siempre hay curiosidades y lugares bonitos como las casas blancas y azules, cajas para cigarros o los amigos del Gato Piji.



 Y por fin llegó la vuelta al pequeño puerto para regresar al barco y la tan ansiada bajada por las escaleras. Jejeje, no os recomendamos la experiencia a no ser que queráis subir montados en burro. ¡Qué olores, que suelo lleno de …. jejeje! Había momentos en el que bajaban los burros en plan manada de toros de San Fermin. Pero que no os engañen que se tarda a un paso normal y parando para esquivar a los burros unos 20 minutos.


 Y las vistas de Santorini desde el barco, como dice el anuncio de la Master-Card, no tiene precio.


Y por la noche fiesta de disfraces, así que los que hagáis un crucero contad que en la maleta tenéis que llevar ¡también! un disfraz, a no ser que hagáis como nosotros que nos fuimos al taller de las manualidades del barco y nos fabricamos nuestro disfraz de Gato y Gata con Botas. Bueno eso es de lo que pensábamos que íbamos disfrazados jajaja.


 
Día en Corfú

Hoy nos hemos levantado más tarde ya que llegábamos a Corfú a las 13:00. Después de desayunar nos tomamos una mañana de relax. Fuimos a una clase de pollo al curry, de decoración con toallas y aprovechamos para leer un poco.



Cuando nos dirigimos al camarote para coger las cosas nos encontramos otro amiguito del Gato Piji.


Una vez en tierra recorrimos la ciudad de Corfú por sus callejuelas. En Corfú hay dos fortalezas, la moderna y la antigua. La moderna se encuentra cerca de la parada del Bus que nos trajo del puerto.




Nos fuimos en busca de la parada del autobús que nos llevaba al palacio de Sisi la emperatriz, pero al final no lo cogimos por el tiempo, ya que a las 17:00 teníamos que estar de regreso en el barco. Entonces decidimos de adentrarnos en la zona de las tiendas en busca de la fortificación antigua. Para ello tuvimos que preguntar a la policía del lugar 







A diferencia del resto de los lugares que hemos visitado de Grecia, como Mikonos o Santorini, Corfú se distingue por sus edificios y sus calles estrechas.





En la zona de la fortificación antigua uno puede tumbarse en el césped del parque que hay o disfrutar de las vistas al mar que hay alrededor.






Una vez en el interior se puede observar que la cosa no está tan cuidada como debería ser y que hay edificios en el interior que desentonan con el entorno de la fortaleza. También os recomendamos que subáis hasta el faro ya que hay unas vistas de Corfú impresionantes y que no toméis nada en el bar del lugar ya que puede repercutir seriamente en el bolsillo, y fuera de la fortaleza el precio es más moderado.






De vuelta a la plaza para tomar el autobús de vuelta al barco, volvimos a adentrarnos por la zona de tiendas con sus regalos y sus maniquíes curiosos, e hicimos un alto en el camino para tomarnos unas granizadas en uno de los bares de las calles de Corfú.








Y por la noche tuvimos otra fiesta más. La “Noche de Blanco”, si es que hay que llevarse más ropa que el baúl de la Piqué. Los camareros ofrecieron un espectáculo muy bonito paseando entre las mesas haciendo una conga, con algunos de ellos llevando una tarta en la cabeza (pero sin agarrarla con las manos) y se despidieron de nosotros echando un baile con los comensales. Y después para bajar la comida nos dirijimos a la zona de la piscina para echar unos bailes o hacer como que sabíamos bailar.


Día en Dubrovnik

Nos levantamos después de la noche blanca, con mucho sueño, y al bajar del barco nos encontramos con una ciudad muy bonita. Con las casas de piedra y los tejados rojos. Un entorno paisajistico muy bonito y que merece la pena visitar.


Tras tomar un taxi que nos acercó a la zona amurallada de la ciudad, nos adentramos en la zona turistica y nos dimos cuenta de la belleza del lugar y de lo limpio que estaba todo. Y lo que más nos llamó la atención eran las calles que salían de la principal. Unas callejuelas con escaleras que echaban para atrás hasta al más valeroso de los montañeros. No dejabamos de acordarnos de esas pobres señoras mayores, las cuales irían cargadas con la compra y que al llegar a casa se adordasen de que han olvidado algo. Jejeje.









Las iglesias del lugar y los monumentos más simbólicos están a la vista sin tener que salirse de la calle principal de Dubrovnik.




  
Tras pasear por el interior de la muralla, al final de la calle principal, hay una salida al puerto con unas vistas preciosas y desde donde se pueden coger embarcaciones que rodean la muralla por el mar y te enseñan otra panorámica de Dubrovnik.



Tras echar un vistazo al puerto continuamos por el interior de la muralla visitando más edificios y rincones curiosos.




Si uno está atento al reloj, podrá observar a esos dos muñecos golpeando la campana para dar los usos horarios.


Paseando por las calles más alejadas de la vía principal pudimos coincidir con un amigo del Gato Piji y encontrar esas cosas que sólo se ven saliendose de la ruta de los guias.Como son esos polletes para las macetas, a la fuente de la mujer PiPi y esas pistas de Baloncesto un poco raras. O el punto de donde se puede hacer otro tipo de visita de la ciudad. 






Y las calas de aguas cristalinas para refrescarse del clima de la zona. Pero siempre hay que realizar las visitas con buena compañía.


Ya de vuelta al Barco, para estirar un poco las articulaciones de tanta visita, algunos practicaron un poco de baile.


 
Día en Venecia

Una de las paradas más bonitas de todas. La arquitectura de los edificios y esos canales llenos de barquitas, gondolas y sucedaneos. Es digno de ver. Yo recomiendo, si hay tiempo, de tomar el vaporeto hasta la plaza de San Marco y desde allí recorrer las callejuelas y los puentes de Venecia hasta la zona de partida, que en nuestro caso era la Plaza de Roma.

Desde el puerto a la plaza de Roma (zona donde se coje el vaporeto) tomamos un tren de alta velocidad, jejeje, que duró… pues la verdad que un poco más y no nos da ni tiempo de hacernos la foto. 


Una vez en la Plaza de Roma nos montamos en el vaporeto, para algunos la primera vez y tatetos de nosotros creiamos que el embarcadero era ya el vaporeto. Jajaja. La experiencia de navegar por el canal principal de Venecia es una cosa que no hay que perderse, ya que se ven los edificios y el estilo de vida de Venecia.


Pasamos por el puente de Rialto tanto en vaporeto como posteriormente andando.


Una vez llegado a nuestro destido, la Plaza de San Marco, como todos los presentes aprovechamos para hacerlos las fotografías de rigor. Con la Torre, el Palacio Ducal... Pero no entramos ya que el tiempo no apremiaba mucho y las colas eran inmensas.





Una vez visitada la Plaza de San Marco, nos adentramos a conocer Venecia por sus callejuelas. Andamos por esos puentes y para mi fué la mejor parte de la visita.





Pudimos disfrutar de esos escaparates llenos de mascaras, de cosas curiosas, de ropa de diseño, etc...





Y para despedirnos de Venecia acabamos de nuevo en el canal principal, antes de coger de nuevo el super tren de vuelta al puerto para recoger las maletas e ir al aeropuerto.



Una de las curiosidades que nos encontramos en Venecia fué ver un calendario de Curas, si como leeis, había visto el de los bomberos, el de los policias, el de las viejecillas, pero uno de curas. Seguro que Sor Citroen tiene uno en su celda. Jejeje



Y no quiero despedirme de Venecia sin comentar lo ummmm...... como están los helados. Si hay que probarlos. Me faltó probar la pasta, pero eso será en otro viaje.


Pues si, al fin llegó ese momento que nadie quiere que llegue y que hace que esas caras tristes se conviertan en caras feas y llena de arrugas... La vuelta a casa.


Pero toda cara triste vuelve a estar feliz al recordar todos los buenos ratos echados y sobre todo al recordar a la buena gente que hemos conocido durante el viaje. Un saludo a todos ellos estén en la parte que sea de España.



 Bueno este gato se despide hasta la próxima, que será en moto. Un saludo a todo el mundo.





GATO PIJI EN ESTEPONA

 VACACIONES EN LA PLAYA Después de un comienzo de año diferente llegaron las vacaciones con un nuevo miembro en la familia del Gato Piji. Es...