EL GATO PIJI EN ALEMANIA (XIII)

Día 13.- Comienza la cuenta atrás.

Dejamos atrás el ecuador del viaje una vez conseguida la meta a alcanzar, que era visitar el lugar que dejé en 1986. A los recuerdos de aquella infancia he unido otros más actuales y con una premisa de regresar en un futuro.

Ponemos rumbo al sur de Alemania en dirección al "Bodensee" o "Lago de Constanza", pero hacemos parada en "Karlsruhe" para no sobrecargarnos de Kms ya que empieza la vuelta y el último día será el peor.

Disfrutamos otro día más de carreteras secundarias y de pueblos típicos de la zona. El paisaje va cambiando conforme nos alejamos del norte y nos vamos acercando al sur. En cada parada disfrutamos de la naturaleza verde que era la tónica durante todo el viaje.  Es más, nos dio tiempo a parar para saborear las deliciosas cerezas que encontramos durante la ruta.

Circular por una ciudad alemana y encontrarte con una bar con productos españoles, no tiene precio. Qué pena el no haber podido parar y cambiar un poco el menú que llevamos durante el viaje. 

Siento mucho, pero la comida española da mil vueltas a la comida de estos lares.

Por fin llegamos a "Karlsruhe" con algo de calor. Y lo primero que hicimos al llegar al hotel fue cambiarnos para buscar un punto de información y coger un mapa con los monumentos a visitar. 

Nuestra caminata nos llevo junto al "Zoologischer Stadtgarten"(https://www.tiergaerten.de/home.html) donde nos tomamos la primera cerveza del día. Bueno Chus se la tomó, mientras que un servidor se tomó un sprite. Jejeje.

Aprovechamos lo que nos quedaba de tarde para visitar el "Palacio de Karlsruhe" y la "Markplatz" con su pirámide, la cual estaba en obras.  De hecho nos encontramos con los preparativos de las barreras de los "San Fermines de Karlsruhe". Jajaja.

Llegó la hora de cenar y nos sentamos en la terraza de el "Orietal grill en passagenhof" (https://m.facebook.com/Oriental.Grill.Karlsruhe/), degustando otro tipo de comida. Y de postre un helado. Tengo que reconocer que Chus eligió mejor el sabor, ya que su helado de Cookies estaba mucho más conseguido que mis sabores. Y eso que los míos estaban muy buenos.

La vuelta al hotel fue al sprint, un visto y no visto. Duchita y a dormir, que al día siguiente nos esperaba otra muesca más en el mapa. Pero no por ello dejamos de encontrarnos alguna que otra curiosidad.