Nos levantamos viendo por la ventana del hotel como lloviznaba. Decidimos ir a "Köhln" en el cercanías. Pero antes de marchar hablamos con la recepcionista que nos dijo el día anterior que tenía unas tarjetas para montar en el metro y bus gratis.
Nos dirigimos a la "Haupbahnhof de Essen", cruzando el centro de Essen, para coger el cercanías hacia Colonia. Parados frente a la máquina de los tickets, ésta nos decía que sólo la ida eran 45 €. Nuestra cara era un poema, pero no nos arriesgábamos a mojarnos y tener que buscar aparcamiento cerca del casco histórico de Colonia. Así que de perdido al río.
Una hora de viaje separan las dos ciudades. Casi al final del viaje, el revisor nos pidió los tickets y aproveché para preguntarle por la tarjeta que nos dieron en el hotel, y el señor amablemente nos indica que también vale para los cercanías, pero no para los rápidos. Así que Chus y yo nos miramos y dijimos que la vuelta con más paradas y gratis se lleva mejor. Jajaja.
Nos adentramos en su interior y la belleza supera al exterior. Sus numerosas vidrieras, las majestuosidad de algunas tumbas y la inmensidad de todo lo que se puede ver hacen que la visita merezca mucho la pena. Lo que más nos llamó la atención fue la "Arqueta gótica con reliquias de los Reyes Magos". Este relicario contiene los restos mortales de los Reyes Magos que pasaron de Milán a Colonia en 1164.
Aún comentando la visita a la catedral, aprovechamos para continuar deleitándonos con el exterior de la misma.
El paseo por las calles del casco histórico de Colonia continúa asombrándonos a cada paso que dábamos. Desde la "Alter Mark Platz" donde se encuentra el Ayuntamiento, pasando por la "Iglesia del Gran San Martín", junto al "Río Rhein" con vistas al "Hohenzollernbrücke".
Antes de comer nos deleitamos con la "Puerta Hahnen", la cual no sabría decir si es más bonita que la "Puerta Eigelstein".
Si os gustan las iglesias, en Colonia tenéis muchas para visitar, junto a algún que otro trozo que aún quedan de la muralla que rodeaban a la antigua ciudad.
En esta ocasión nos paramos a comer en una hamburguesería del grupo "Hans im Glück" (https://hansimglueck-burgergrill.de/standort/koeln-am-ring/), que ya habíamos visto en München. Todo muy bueno además de que la camarera entendía algo de español por haber estado en Barcelona y en Cuba. Lo único, es que si os pedís la cervaza "Kölsch" os vais a quedar con ganas de alguna más .Jajaja.
Tenemos que decir, que la gente en Colonia es muy atenta con los turistas, ya que se nos acercó una mujer para ayudarnos cuando nos vio con el mapa en la mano y mirando hacia varias calles.
En nuestro paseo por Colonia nos encontramos con varias curiosidades que dan a una ciudad algo de personalidad.
Dejamos para el final cruzar por el famoso puente de Colonia, quedando asombrados de la cantidad de candados que había como símbolo del amor que algunos se profesan. Había candados de todos los tipos, formas y colores. Algunos más llamativos que otros. Nosotros no llevábamos candado, pero sí nuestra pegatina del Gato Piji, la cual dejamos de recuerdo para que otros paseantes se pregunten "¿Quién es ese minino viajero?".
En lugares así es donde podemos ver la mentalidad de los alemanes y te das cuenta que lo tienen casi todo estudiado. Aquí podéis ver, como se arregla el problema que pueden generar unas escaleras a las bicicletas, medio de transporte muy usado en todas las ciudades de Alemania.
Antes de dejar Colonia atrás, decidimos disfrutar un poco a los pies de su catedral tomándonos un helado y disfrutando del trasiego de los visitantes, igual que hicimos en Bremen. Ese momento de tranquilidad y de disfrute de un lugar como éste.
Llegó la hora del regreso de modo que nos montamos en el tren que nos llevaba de vuelta a Essen y que casi nos pasamos su estación. Menos mal que nos dio por mirar por la ventanilla del tren y vimos las letras del nombre dela ciudad en el tejado de unos de los edificios aledaños a la estación.
Regresamos al hotel para acicalarnos un poco y poder hacer un poco de tiempo antes de que mi tía Fina y mi prima María José nos recogieran para ir a cenar junto a mi primo Daniel, a los cuales llevaba una eternidad sin ver.
Nos llevaron al restaurante vietnamita "My Dad Made" en la calle "Rüttenscheider STR. 301". Un restaurante pequeñito y con una muy buena atención por parte del personal, además de sus platos.
La verdad que echar un rato con la familia no tiene precio aunque sea de tarde en tarde y que para ello haya que hacer más de 4000 Kms.
De vuelta al hotel y preparar lo que íbamos a hacer al día siguiente.
Una hora de viaje separan las dos ciudades. Casi al final del viaje, el revisor nos pidió los tickets y aproveché para preguntarle por la tarjeta que nos dieron en el hotel, y el señor amablemente nos indica que también vale para los cercanías, pero no para los rápidos. Así que Chus y yo nos miramos y dijimos que la vuelta con más paradas y gratis se lleva mejor. Jajaja.
Nada más salir por la puerta de la "Haupbahnhof de Colonia", lo primero que tus ojos ven es la monumental "Catedral Colonesa" (https://www.koelner-dom.de/home/). Esta espectacular obra maestra del gótico hace que tu boca se quede un rato abierta.
Nos adentramos en su interior y la belleza supera al exterior. Sus numerosas vidrieras, las majestuosidad de algunas tumbas y la inmensidad de todo lo que se puede ver hacen que la visita merezca mucho la pena. Lo que más nos llamó la atención fue la "Arqueta gótica con reliquias de los Reyes Magos". Este relicario contiene los restos mortales de los Reyes Magos que pasaron de Milán a Colonia en 1164.
Aún comentando la visita a la catedral, aprovechamos para continuar deleitándonos con el exterior de la misma.
El paseo por las calles del casco histórico de Colonia continúa asombrándonos a cada paso que dábamos. Desde la "Alter Mark Platz" donde se encuentra el Ayuntamiento, pasando por la "Iglesia del Gran San Martín", junto al "Río Rhein" con vistas al "Hohenzollernbrücke".
Disfrutando viendo todo tipo de gente con sus distintas formas de vestir por la "Schildergasse Straße", calle comercial donde encontraréis tiendas todo tipo de tiendas, siendo las más vistosas las de disfraces, ya que Colonia es famosa por su carnaval.
Antes de comer nos deleitamos con la "Puerta Hahnen", la cual no sabría decir si es más bonita que la "Puerta Eigelstein".
Si os gustan las iglesias, en Colonia tenéis muchas para visitar, junto a algún que otro trozo que aún quedan de la muralla que rodeaban a la antigua ciudad.
En esta ocasión nos paramos a comer en una hamburguesería del grupo "Hans im Glück" (https://hansimglueck-burgergrill.de/standort/koeln-am-ring/), que ya habíamos visto en München. Todo muy bueno además de que la camarera entendía algo de español por haber estado en Barcelona y en Cuba. Lo único, es que si os pedís la cervaza "Kölsch" os vais a quedar con ganas de alguna más .Jajaja.
Tenemos que decir, que la gente en Colonia es muy atenta con los turistas, ya que se nos acercó una mujer para ayudarnos cuando nos vio con el mapa en la mano y mirando hacia varias calles.
En nuestro paseo por Colonia nos encontramos con varias curiosidades que dan a una ciudad algo de personalidad.
Dejamos para el final cruzar por el famoso puente de Colonia, quedando asombrados de la cantidad de candados que había como símbolo del amor que algunos se profesan. Había candados de todos los tipos, formas y colores. Algunos más llamativos que otros. Nosotros no llevábamos candado, pero sí nuestra pegatina del Gato Piji, la cual dejamos de recuerdo para que otros paseantes se pregunten "¿Quién es ese minino viajero?".
En lugares así es donde podemos ver la mentalidad de los alemanes y te das cuenta que lo tienen casi todo estudiado. Aquí podéis ver, como se arregla el problema que pueden generar unas escaleras a las bicicletas, medio de transporte muy usado en todas las ciudades de Alemania.
Llegó la hora del regreso de modo que nos montamos en el tren que nos llevaba de vuelta a Essen y que casi nos pasamos su estación. Menos mal que nos dio por mirar por la ventanilla del tren y vimos las letras del nombre dela ciudad en el tejado de unos de los edificios aledaños a la estación.
Regresamos al hotel para acicalarnos un poco y poder hacer un poco de tiempo antes de que mi tía Fina y mi prima María José nos recogieran para ir a cenar junto a mi primo Daniel, a los cuales llevaba una eternidad sin ver.
Nos llevaron al restaurante vietnamita "My Dad Made" en la calle "Rüttenscheider STR. 301". Un restaurante pequeñito y con una muy buena atención por parte del personal, además de sus platos.
La verdad que echar un rato con la familia no tiene precio aunque sea de tarde en tarde y que para ello haya que hacer más de 4000 Kms.
No hay comentarios:
Publicar un comentario