EL GATO PIJI EN ALEMANIA (IX)

Día 9.- Bremen, la ciudad más bella y el Hotel más feo.

Nos levantamos con un sol radiante aunque la mañana era algo fresca. Después de la experiencia del día anterior decidimos recorrer la corta distancia hasta Bremen evitando la Autobahn. Y creednos que mereció la pena. Tras pasar algunas localidades disfrutando del paisaje hicimos un pequeño alto en el camino, en "Blomberg" más concretamente, donde tomamos café en una panadería llamada "Westers Backfuchs" (https://www.westers-backfuchs.de/).

Continuamos marcha disfrutando con la carretera, pero mi chip mental de velocidad española me jugó una mala pasada, ya que marcaba a 70 Km/h y un radar con su brillante fogonazo de frente me indicó que iba algo por encima de la legalidad alemana. Así que en el momento recé para que la foto sólo fuera por delante donde no hay matrícula. Jejeje.

Lo bueno de circular por carreteras de este tipo, es pasar por los pueblos, ver la fauna que tienen los granjeros (vacas, llamas,...) y las fresas gigantes donde venden tanto fresas como cerezas o espárragos.

Y nuestro amigo "Google Maps" nos llevó hasta la puerta del hotel que elegimos en Bremen, "Hotel Schlafencity". 

Ya Chus me indicó que las fotos colgadas en Booking eran algo feas, pero yo le dije que para pasar una noche mientras esté limpio, tenga una cama y una ducha, tampoco hay que pedir más. 

Jejeje. Que equivocado estaba. Ya que al llegar a la puerta del hotel nos encontrarnos con un cartel luminoso tipo "Bar de luces de carretera" y ser atendidos por un señor en pantalón corto, camiseta de tirantes de pezones fuera y unas chanclas, preguntando que qué queríamos. Jejeje, por nuestras cabezas pasó la respuesta de "Nada, nos hemos confundido".
Jejeje, pero como dicen, "un viaje es una aventura constante", de modo que nos miramos Chus y yo, y con la mirada nos dijimos "¿Qué más da?".

Jajaja, la cosa mejoró al entrar en una habitación con olor a tabaco camuflado con ambientador raro, unas paredes empapeladas a lo película de Andrés Pajares y Fernando Esteso en sus primeros años y lo demás le pongo puntos suspensivos. Jajaja.

Nos cambiamos y huimos hacia el casco antiguo de "Bremen", el cual nos hizo olvidar la experiencia vivida. Empezamos por la zona del río donde estaban los "Biergarten" y aprovechamos para comer y beber algo.

Después de repasar lo sucedido con la habitación del hotel, nos adentramos en el "Barrio Schnoor" donde sus callejuelas y sus edificios con encanto al estilo cuento de los hermanos Grimm nos embelesaron.

Nuestro paseo por el "barrio de Schnoor" nos deparó dos sorpresas, una muy dulce y otra muy navideña.

Desde allí continuamos hasta "Böttcherstraße" donde escuchamos la melodía de las campanas del "Glockenspiel" y vimos las estatuas que conformaban el museo con el mismo nombre de la calle. La ruta nos guió a la "Bremer Marktplatz" donde disfrutamos de la estatua de "Rolando", la de los famosos "Músicos de Bremen" (para los que tienen la misma juventud que yo se acordarán de los Trotamúsicos).

Nuestro paseo por Bremen nos llevó hasta la "Haupbahnhof" pasando por el "parque Wallanlage" donde nos encontramos con un Molino de Viento. Pero nos tuvimos que parar a preguntar el camino.

La "Haupbahnhof" es un edificio digno de visitar, tanto por su exterior como por su belleza interior Y lo más curioso fue encontrarnos al entrar un mapa para personas invidentes.

Os recomendamos que andéis ojo avizor con los posibles carteristas. Nosotros decidimos regresar a la zona turística nuevamente por alguna cosa que vimos. 

Durante nuestro regreso continuamos disfrutando de los diferentes ornamentos de la ciudad, desde fuentes, estatuas, figuras, etc...

Y entre tanto andar decidimos realizar un alto en el camino para tomar un cafelillo, aunque a alguna se ve que no le fue suficiente. Jejeje.

Una vez visitados todos los monumentos más característicos de Bremen, nos paramos un rato a disfrutar de la tranquilidad que nos brinda la "Bremen Marktplatz" con sus músicos y el trasiego de personas.

Los personajes más característicos son los famosos "Músicos de Bremen" sacados de un cuento de los hermanos Grimm, de modo que os los podréis encontrar en cualquier parte de la ciudad. Y es más, os encontraréis hasta la versión B de éstos.

Por último y antes de regresar al hotel, decidimos regresar a los "Biergarten" para tomar algo y disfrutar un rato más del estupendo día que nos estaba haciendo, ya que "San Google" nos vaticinaba lluvia para los siguientes días.
Lo mejor de los "Biergarten" es que hay gente muy elegante a parte de simpática. No se si es la cerveza la que hace que haya muy buen ambiente.